La patrona del Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo (ISCOD) de UGT La Rioja, Ana Victoria del Vigo, y la responsable del Departamento de Migraciones Confederal de UGT, Ana María Corral, han presentado esta mañana en la Casa de los Periodistas el manual de comunicación ‘Contra la trata con fines de explotación laboral’.

Del Vigo ha explicado que este manual se enmarca en el proyecto ‘Fortalecidas las capacidades de la sociedad riojana para su implicación en la erradicación del trabajo forzoso, las normas contemporáneas de esclavitud, incluida la trata de personas con fines de explotación laboral’, ejecutado por ISCOD La Rioja y subvencionado por el Gobierno regional. Así, el principal objetivo de la guía es convertirse en un instrumento para los medios de comunicación riojanos y sus profesionales a la hora de abordar el trabajo forzoso y las figuras afines.

Ha recalcado que “llamamos a todo explotación laboral, llamamos a todo esclavitud, pero si llamamos a todo esclavitud, entonces nada es esclavitud. En este manual se explica la diferencia, por ejemplo, entre la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, sexual, matrimonio forzado, comisión de actividades delictivas, tráfico de órganos, que es lo que contempla a nuestro Código Penal, y después, otras figuras que, desgraciadamente, todavía no están en el Código Penal español, que son el trabajo forzoso en sí mismo, la servidumbre o la propia esclavitud”.

La OIT cifraba que en el mundo hay más de 27 millones de personas en situación de trabajo forzoso y más del 11% eran mujeres y niñas. De esta forma, ha dicho que, “más de la mitad de este trabajo forzoso se produce en los países que tienen ingresos medios o que tienen ingresos altos. Por otra parte, Eurostad decía que en el año 2021 se habían registrado más de 7 mil víctimas de trata de seres humanos en la Unión Europea. Así, más del 60% de estas víctimas identificadas son mujeres y niñas. Entre otras cosas, por el gran peso que tiene en el territorio de la Unión la trata con fines de explotación sexual.

En el caso español, la Policía Nacional realiza la identificación de las víctimas de trata de seres humanos, pero “nuestro país tiene una muy baja tasa de identificación como víctimas de trata”. Además, “en estos tres últimos años hemos tenido tres acontecimientos que han venido a hacer mucho más difícil la identificación de las víctimas de trata de seres humanos. Unas son las consecuencias de la COVID-19 y, por ejemplo, en el caso de la explotación sexual, el traslado de clubs de alterne a pisos particulares, la digitalización, que contribuye a poder captar mejor a las víctimas en sus lugares de origen, mejora la comunicación entre los tratantes y los explotadores y, desde luego, dificulta al final la detección de las víctimas. Y por otra, la agresión de Rusia a Ucrania, que ha motivado que millones de personas salieran de Ucrania y las redes de trata de seres humanos, terminan captando fundamentalmente a mujeres y niños, particularmente a mujeres y niños que viajen solos”.

Por lo que respecta a España, en el año 2022, el informe del Ministerio del Interior, revela que se hicieron 5.793 inspecciones administrativas, se encontraron 11.711 trabajadores y trabajadoras en riesgo, pero luego la cifra de víctimas de trata de seres humanos baja muchísimo, de quienes finalmente son identificados como tales. “En La Roja, por ejemplo, se hicieron 18 inspecciones y se investigaron a 95 trabajadores, esto exclusivamente en el caso de la trata con fines de explotación laboral”, ha explicado Corral.

El colectivo más vulnerable son siempre los trabajadores que no tienen una situación administrativa regular. Por eso, una de las propuestas de UGT es que “una persona que acude a una comisaría de policía, que acude a una guardia civil, que denuncie ante la inspección de trabajo, a esto no debería seguirle la apertura de un expediente de expulsión. Porque, al fin y al cabo, no está haciendo un servicio al conjunto de la sociedad”.

Corral ha destacado que en el ámbito nacional el sector agrario, y particularmente las grandes campañas, suelen ser uno de los ámbitos en lo que con más frecuencia hay trata de seres humanos o trabajo forzoso. También hay otros como la construcción, el trabajo doméstico y el trabajo de cuidados, “el más invisible de todos porque se realiza en un hogar particular y ahí la inspección no puede entrar a no ser que tenga permiso del titular”.

Un problema para las víctimas, ha destacado Corral, es el aislamiento. “Pero en el caso del sector agrario, el hecho del alejamiento de núcleos poblacionales, hace que sea uno de los sectores donde más prevalencia tiene la trata o la explotación laboral. Esta misma condición de aislamiento, por ejemplo, aunque en el sector urbano, en muchos casos se produce con el trabajo doméstico, con el cuidado de personas, lo que el aislamiento en este caso es en una casa. Y particularmente si se trata de personas que bajo la figura del trabajo interno están trabajando 24 horas al día”.

Con respecto a las nacionalidades de las personas afectadas, ha matizado que “a veces parece que los nacionales de la Unión Europea no tienen tanto problema, pero la realidad es que dentro de la Unión Europea hay países de primera y países de segunda. Por ejemplo, en el caso de Rumanía, las posibilidades de inserción que tienen en el mercado de trabajo se parecen más a la de los migrantes no comunitarios que a la de los nacionales de la Unión Europea”.