Con vigencia hasta el 2020, marca un salario mínimo de convenio garantizado de 1.000 euros

Los Secretarios Generales de UGT y CCOO y los presidentes de CEOE y CEPYME han firmado en el día de hoy el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) 2018-2020 en un acto público en la sede del Consejo Económico y Social de España (CES).

Un Acuerdo que UGT de La Rioja valora muy especialmente como punto de partida para trasladar la recuperación real de los salarios y de los derechos laborales y sociales a los ciudadanos. Y es que este acuerdo llega tras un periodo largo sin consensos fruto de una negociación muy tensa, larga, dura y difícil, pero que finalmente, gracias al diálogo social como instrumento básico para el entendimiento de las partes, contribuye a colocar los pilares básicos que deben regir las relaciones laborales en los próximos tres años en nuestro país.

El IV Acuerdo representa un paso para empezar a recuperar la riqueza que se está generando en nuestro país. En este sentido, prevé subidas de hasta un 3% cada año y sitúa un salario mínimo garantizado por convenio en 2020 en 1.000 euros, tal y como UGT de La Rioja viene reivindicando durante los últimos meses con su campaña #PonteA1.000. Esta circunstancia, va a posibilitar que aquellas personas que más poder adquisitivo han perdido durante los años de crisis lo puedan empezar a recuperar, especialmente las mujeres y los jóvenes.

Además, introduce elementos muy importantes como trasladar a los salarios la productividad y la propia cuenta de resultados de las empresas, sobre todo de aquellas en las que es más difícil poder medir la productividad, como es el caso de las empresas de servicios.

Por otro lado, recupera el fomento del contrato de relevo como figura especialmente interesante para la renovación de plantillas. Es decir, contempla herramientas para ofrecer solución a dos de los grandes retos que resulta fundamental abordar: la inserción de los jóvenes en el mercado laboral y la superación de la brecha salarial y de acceso al empleo que sufren las mujeres.

En definitiva, abre una etapa de esperanza para que, finalmente, la recuperación, que lleva tres años en las cuentas de resultados de las empresas, llegue de manera real a los bolsillos de las familias y los trabajadores y trabajadoras, y que esta etapa nos permita la recuperación de derechos laborales, sociales y de las plenas libertades en el ejercicio de la acción sindical.

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